La victoria del uribismo ¿democrática?
Todos los medios califican hoy de «arrolladora» la victoria de Santos, el candidato del uribismo, en la segunda vuelta de las presidenciales colombianas. Y califican así el resultado de dicho candidato: 69%, es decir, 69 de cada 100 de los que han votado, lo han hecho por él. Efectivamente ha obtenido una «aplastante mayoría». El pequeño detalle es que ha votado el 44% del electorado (la mayoría, el 56% no lo ha hecho) y, por tanto, sólo ha votado por Santos el 30,4% del electorado (no llega a uno de cada tres ciudadanos colombianos con derecho a voto). Conviene hacer estos cálculos -y no sólo en el caso de Colombia- y reflexionar sobre ellos, huyendo de frases vacías sobre «democracia», «representatividad», «mayorías sociales», «gobierno del pueblo» y demás. Y todo ello asumiendo censos completos, limpieza de los procesos, etc., algo que no pongo en duda… pero en un país con un conflicto armado…
El hecho que Santos se ha hecho conocido como el candidato del uribismo no es ningún honor. El legado de Uribe no es decente ni respetable. Durante su administración, Uribe fue el perro faldero de Bush. Permitió que los EEUU instalara bases militares. Además he oído que Uribe violó derechos humanitarios. Esperemos que Santos no sigue en el camino de Uribe. Pero, desafortunadamente, en su discurso insinuó que las empresas, y no la gente, son su prioridad.