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Archive for noviembre 2011

emprendedores, ¿de qué están hablando?

noviembre 19, 2011 Deja un comentario

Uno de los lugares comunes más escuchado en esta campaña electoral ha sido el apoyo a los emprendedores, especialmente de boca de los partidos del régimen, PSOE y PP, también de las derechas nacionalistas vasca y catalana. En un exquisito ejercicio de limpieza semántica y corrección política, los grandes partidos del sistema han transformado a los patronos, primero en empresarios y, finalmente, en angelicales y beatíficos emprendedores, ahistóricos y ajenos a ideologías.
¿Quién podría estar en contra de una persona emprendedora? No cabe duda, se trata en lo individual de una virtud positiva y valorada por la gente: alguien con iniciativa, con empuje,… que pone en marcha proyectos merece la aprobación social. Claro, eso es así si hablamos en abstracto, al margen del funcionamiento real de una sociedad histórica dada y de sus leyes. La primera vez que escuché una definición así del «empresario» fue a un dirigente de la CEOE, pero parece que va calando también en el psoe; decía auqel probo dirigente -que jamás había tenido una idea ni arriesgado nada- que empresario era quien tenía una idea y trataba de ponerla en marcha, arriesgando mucho. Es posible que así sea en un principio y bajo una visión idealista de la actual sociedad. En la realidad, esa idea original quedará al poco tiempo absolutamente subordinada a otra que es la rige el funcionamiento social, la lógica del beneficio. Esta dinámica es objetiva y está al margen de las intenciones del empresario: no le queda otra, o juega en esa lógica o quedará fuera del mercado y dejará de ser empresario.
Cuando Rajoy-Rubalcaba alaban a los emprendedores deberían concretar, por otro lado, a cuáles. No hay que olvidar que los grandes banqueros, los especuladores de los mercados financieros, los dueños de grandes empresas han sido en gran medida emprendedores, unos con mayor riesgo que otros. También lo son los pequeños comerciantes y pequeños industriales, a los que meten en el mismo paquete, cuando son en realidad más «asalariados» (y uso el término de modo estricto) del capital financiero que auténticos propietarios de sus medios de producción.
Creo que deberíamos, contra esta operación de robo de lenguaje por parte de la derecha, reivindicar otras acepciones de «emprendedor». ¿Acaso no es emprendedor/a la persona que intenta organizar sindicalmente a sus compañeros de trabajo?¿El que pone en marcha un asociación de vecinos en su barrio? ¿Los jóvenes okupas de un edificio abandonado que organizan cultura en el barrio?¿Los trabajadores que colectivizan su empresa?¿Los que ponen su saber, su conocimiento o su arte al servicio de los movimientos sociales?
El que apaga la tele, da un paso, participa y se organiza con otros es un emprendedor. Pero como en el chiste de «Yo también apoyo a la Roja» creo que no hablo de lo mismo que Rajoy-Rubalcaba.

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el espíritu deportivo y la lluvia fina

noviembre 11, 2011 Deja un comentario

Hace unos días conversando con gente joven, es decir, muy joven, de los nacidos en la década de los 80 no albergaban ninguna duda acerca de que la «competitividad» era un valor positivo a cualquier nivel que se la considerase, tanto individual como social. El símil deportivo era inevitable: querer ganar al equipo contrario era lo natural y, por extensión, eso servía para cualquier aspecto de la vida. Querer ganar a toda costa les parecía el mejor motor individual y social. Ese es uno de los efectos más devastadores de los últimos treinta años de «lluvia fina» neoliberal, ese «orbayu» decimos en Asturias que pareciendo que no moja al poco rato nos deja empapados. Hemos retrocedido en derechos, en conquistas sociales y laborales y la resistencia contra los recortes en ese sentido es urgente; pero me lo parece más -aunque son inseparables- la batalla de las ideas, el combate por la hegemonía ideológica y cultural.
Esa metafísica de la «competitividad» y del «éxito» oculta como por arte de magia que detrás de cada «ganador», sea en lo que sea, hay uno (o muchos) «perdedores». Que cualquier ránking -extendidos del deporte a la clasificación de universidades o de servicios de salud- implica que algunos están en la cima y otros en la cola: y cuando estamos hablando de servicios públicos ¿se beneficia la ciudadanía de esa «competitividad»?
Contra este darwinismo social convertido en arma de destrucción masiva, de personas y de sociedades, debemos imponer el discurso de la «cooperación» como mecanismo mucho más útil y saludable. Incluso hay dudas más que razonables acerca de que la evolución biológica de las especies se haya hecho exclusivamente mediante competencia o lucha por la supervivencia, sino que la cooperación tuvo un papel relevante. En la historia (o prehistoria) de la humanidad no existe ninguna duda sobre este punto: desde la ciencia al derecho, la cooperación ha sido clave.
Mientras conseguidos resguardarnos de la lluvia, convendría buscar mecanismos para hacer a la gente consciente de lo «empapada» que está.

Reformas estructurales ¿en sanidad?

Las dos palabras mágicas más oídas últimamente son «reformas» y «estructurales». Dos palabras que no significan nada mientras no se concrete un poco más. «Ajustes estructurales» fueron la denominación de las políticas, neoliberales y criminales, puestas en marcha por el FMI en Latinoamérica en los años 80 y en la actualidad en Europa. Reformas, sanitaria y educativa, fueron las emprendidas por el PSOE en España a mediados de los ochenta con discreto sabor socialdemócrata. La derecha española actual -sea del sector que sea- debería especificar a qué se refiere cuando habla de «reformas» y de «estructuras», porque el signo de las reformas puede ser muy distinto. En este momento, según nuestra ley general de sanidad (1986), son rasgos estructurales del Sistema Nacional de Salud, la universalidad, la gratuidad en el momento del uso, la financiación vía  impuestos,… ¿Cuál de esos rasgos «estructurales» quieren modificar los que tienen continuamente en la boca las «reformas»? Sería conveniente que lo aclararan.

Quizá alguna pista pueda obtenerse de las declaraciones del presidente de Semergen, una de las sociedades de médicos de atención primaria en la inauguración del congreso/feria comercial que tiene lugar en Oviedo. Según el periódico regional más vendido,

Julio Zarco enumeró cinco de las medidas que propone Semergen para mejorar el sistema nacional de salud: un estudio en profundidad de su viabilidad y sostenibilidad, conocer cuántos profesionales sanitarios hay en España, reorientar el modelo de atención hacia el paciente agudo, unificar una historia clínica electrónica en todo el territorio nacional y para la atención primaria y especializada, que evitaría duplicidad de pruebas, y revisar en profundidad la ley de sanidad, que se aprobó en los años ochenta del pasado siglo.

¿Estas son las «reformas estructurales»? Veamos los cinco puntos: del primero existen ya varios estudios hechos y como todo tema económico las conclusiones dependen de las opciones ideológicas y políticas de quien realice el estudio (Semergen parece querer esconder o aplazar cualquier toma de posición a disponer de un estudio supuestamente «objetivo»); del segundo, deberían concretar si se refieren a profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, etc.) en el Sistema Nacional de Salud o también en el sector privado pero, en cualquier caso, se trata de realizar un estudio de demografía profesional de los que hay más de uno ya llevado a cabo por el ministerio. Por tanto, de momento, no han propuesto nada, más que efectuar dos estudios.  Pasemos al cuarto punto: sobre la unificación de la historia clínica es posible que se establezca un consenso amplio, aunque pueda tener dificultades técnicas, administrativas y también políticas (no olvidemos que hay 17 subsistemas sanitarios en España), que solo se salvarían con un claro liderazgo político del  Ministerio de Sanidad en el Consejo Interterritorial. Merece la pena recordar que varias áreas sanitarias de Asturias ya disponen de historia clínica unificada como resultado del ambicioso proyecto EDESIS concebido, elaborado e iniciado por la Consejería de Salud en la legislatura 2003-2007, bajo el liderazgo de IU.

Restan los dos asuntos esenciales. Zarco propone en un sorprendente tercer punto que el modelo de atención se reoriente hacia el paciente agudo. ¿Se refiere a la atención primaria o a la especializada? Si lo que hoy predomina -por envejecimiento poblacional y otras razones que explican la epidemiología contemporánea- es la morbilidad crónica (cardiovascular, osteoarticular, mental,…) debería explicar Zarco cómo se realizaría esa reorientación hacia lo agudo. Inquietante… cuando menos.

Pero inquietante también, y supongo que aquí esconden su auténtico programa político, es la revisión en profundidad de la ley general de sanidad que, añaden como para atribuirle vejez y obsolescencia, se aprobó en los años ochenta del siglo pasado. Efectivamente la Ley General de Sanidad se aprobó en 1986, tras varios años de amplio debate, con la oposición radical de la derecha y el apoyo crítico de los grupos a la izquierda del gobernante partido socialista. Sólo han pasado veinticinco años, ¿le parece una edad provecta a Zarco y la Semergen? Esa ley es la que define precisamente las caracerísticas estructurales del sistema nacional de salud que citaba más arriba y cuando Semergen pide, a la  vez, reformas estructurales y revisión en profundidad (por tanto, no en lo accesorio) de la ley que define la estructura del actual sistema nacional de salud, deberán concretar qué proponen reformar y revisar. A no ser que la agenda oculta ya la tengan pactada con los previsibles ganadores de las próximas elecciones generales (legislativas, para ser más precisos).

Democracia y capitalismo son incompatibles

Teníamos evidencias más que suficientes: todos los países que a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI tomaron decisiones democráticas (en sus parlamentos, sede de la soberanía popular como marca la doctrina democrático-liberal) fueron invadidos o sufrieron sangrientos golpes de estado. Pero por si había pocas pruebas hoy tenemos una (varias) más en las portadas de todos los periódicos: como el gobierno griego anuncia su voluntad de consultar a sus ciudadanos mediante referendum sobre las enésimas medidas de ajuste, los «mercados» (léase los capitalistas europeos, que tiene nombres y apellidos) se enfadan y amenazan con nuevas medidas que empeoren aún más la vida de los ciudadanos griegos. Y, por añadidura, como un un aviso el del resto de los trabajadores europeos. No hay otra salida: la defensa de la democracia exige una salida anticapitalista de la crisis.
La otra noticia de hoy, que debería abochornar a cualquier demócrata, es la congelación por parte de EEUU de su aportación económica a la UNESCO como respuesta a la entrada de Palestina en la organización. No es la primera vez que lo hace, pero demuestra el talante «democrático» de los dueños del Imperio que, a la vez, invaden medio mundo para imponer «democracia». Dicen.

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